La pandemia ha obligado a las personas a cambiar pautas y costumbres, en ese camino la tecnología ha sido y será un factor determinante. Si algo nos está enseñando esta situación es a aprender a utilizar las herramientas tecnológicas que permiten que tengamos una vida más fácil en las circunstancias más adversas, tanto a empresas como a emprendedores.  El salto para aquellos que todavía se resisten se convierte en imprescindible.

En 2020, las organizaciones de todo el mundo experimentaron un repentino aumento de trabajadores remotos. Durante este cambio, la automatización de la fuerza de trabajo, la destreza digital y el trabajo híbrido proporcionaron un importante valor empresarial, crecimiento de los ingresos y ayudaron a las organizaciones a mantener la continuidad del negocio.

Las actividades que antes se consideraban esenciales realizar en persona se han visto desplazadas hacia canales digitales y remotos. La revolución tecnológica implica cambios estructurales que avanzan a una velocidad cada vez mayor y con efectos que no se pueden predecir con certeza ni en lo económico ni en lo social.

La tecnología en tiempos adversos nos permite comunicarnos, organizarnos, ser más eficientes, más creativos y reaccionar a gran velocidad. El confinamiento ha convertido a Internet en el cordón umbilical que nos une al mundo exterior. La imparable digitalización de la sociedad gana velocidad.

Con el objetivo de ser hábiles en el terreno tecnológico y tras la pandemia, las personas cambiaron su interacción personal y laboral, rasgo que seguirá de manifiesto. La pandemia nos ha empujado a ser más tecnológicos, a exponernos más a nuevas herramientas digitales y la parte más trascendental se ve en la comunicación interpersonal.

Hay aspectos en nuestras vidas que han transformado la realidad,  las cosas no volverán a ser como antes. La comunicación interpersonal y el traslado de las actividades laborales al entorno del hogar, son sólo algunos de los rasgos que seguirán modificándose conforme avance la pandemia y aún después de ella.

Interactuar, tener contacto con la familia es muy importante, por eso las herramientas digitales también se vuelven importantes; la gente se acerca a ellas por la necesidad de comunicación, ya que el contacto físico se ha visto limitado. Una de las herramientas que durante la pandemia se ha disparado es la vinculada a las videoconferencias, por ese incremento en su uso, las empresas se han visto obligadas a integrarlas en su tecnología.

Así como las personas se vieron en la necesidad de adaptar esas herramientas tecnológicas al aspecto familiar, también lo hicieron para ampliar su espectro laboral, hoy conocido como “home office”. Además se  considera, que las empresas independientemente de su ramo, tamaño y dependencia de la presencia física, han tenido que adaptarse tanto en sus procesos productivos como de venta en línea.

 Es a raíz de ello que las empresas también se han dado cuenta de la necesidad de capacitar a sus colaboradores, para ayudarles en su adaptación a los nuevos roles. Existen organizaciones que aún no están cien por ciento en línea, pero han transformado su servicio al cliente a través de la promoción de productos y el fortalecimiento de su marca y un mejor uso de las herramientas digitales.

Por otra parte, cada generación ha tenido que enfrentar sus propias batallas para salir adelante en tiempos de pandemia. Los más jóvenes de manera natural son “nativos digitales” y tienen la facilidad de que a pesar de no conocer alguna de estas herramientas, se adaptan rápidamente.  Las personas mayores si no son nativos digitales, están siendo obligadas a serlo.

A futuro, la medida en que las personas y organizaciones continúen con su transformación dependerá del tiempo que dure la pandemia, se cree que aún es aventurado pronosticar a dónde nos llevará. Lo que sí se puede asegurar,  es que la tecnología ha convertido a todas las sociedades, por su relevancia, en sociedades más cercanas a las herramientas digitales.